Esa suele ser la respuesta cuando se pregunta qué determina el éxito de un local. Si eso es verdad, Milion tiene todas las de ganar. Ubicado en un antiguo petit hotel de recoleta, Milion puede ofrecer distintos espacios con el encanto de antaño.
El brunch se sirve en el jardín, un delicado espacio, verde y fresco, decorado con algunos detalles exóticos, que por suerte no logran alterar el estilo que le imprimen la imponente escalera y las puertas originales.
La cocina es realmente buena. Para el brunch se puede elegir entre 4 menús, todos bien equilibrados y creativos. Excelentes las brochettes de lomo y el guacamole. Muy fresca la ensalada de rúcula, queso azul y manzana. Las aguas saborizadas acompañan muy bien las propuestas y la relación calidad-precio es muy buena.
Una pena que los mozos no sean profesionales. Hay 3 y ninguno parece tener idea de cuál es su rol. Si bien son amables, su apariencia es muy descuidada - hasta sucia - y les falta oficio, que tratan de suplir con una charla florida y lindos comentarios. Uno de ellos casi hace carambola con mi vaso de licuado (que estaba delicioso por cierto), cuando me trajo el plato principal. Este mismo mozo abrió la botella de bebida, pero no fue capaz de servirla en el vaso. Otro tiró la cuenta en la mesa y recogió el ticket firmado (pagué con débito) sin darme tiempo a dejar el dinero de la propina. Lamentable.
Espero que el servicio mejore, porque Milion tienen todo lo necesario para convertirse en una buena opción para cortar el día y disfrutar de un almuerzo ligero en un espacio agradable.
Milion - Paraná 1048 - CABA
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